Presentación

Algunos jóvenes de Valdemorillo se lanzan a la aventura del ínter raíl por Europa. Algunos de ellos nos han propuesto publicar sus experiencias en Valdemorillo.com. No solo nos ha parecido muy bien, sino que desde la web hemos decidido ampliar la cobertura a todo aquel usuario que decida contar su relato de estas o pasadas vacaciones.

Si quieres contarnos tus paseos por la T4 de Barajas, lo guapo que era aquel holandés que te "roneó" en un bar de Playa de Aro, el timo que te hicieron en Estambul, o lo malos que son los conductores de Nápoles, solo tienes que mandar tus "letrillas" a viajeros@valdemorillo.com. Por favor, "buen rollito" que estamos de viaje, y lo breve y bueno, dos veces bueno. Que seáis felices.

sábado, 28 de julio de 2007

Últimos días de viaje

Sentimos haberos tenido sin noticias de nuestro viaje, pero no hemos encontrado ningún sitio para mandaros nuestras peripecias, así que una vez aquí os contamos nuestros últimos días...

Una vez en Berna, cogimos un mapa y nos dirigimos al albergue, lo encontramos más fácilmente de lo habitual ya que esta vez pillaba cerca de la estación. Ya aparcados los makutos en la habitación, cogimos el mapa y fuimos a dar un paseo por las calles de la ciudad, a cenar algo y cansadas por el largo día, prontito a dormir.

Por la mañana, salimos para poder ver la ciudad a la luz del día, que la verdad es bastante bonita... En el mapa aparecía la catedral de estilo gótico, pero oyendo a un guía español con un grupo, pudimos oír que aunque la gente la llame catedral, en realidad es una colegiata edificada en el siglo XV y terminada en el XIX.

Vimos también una plaza llamada Bärenplatz desde la que se ve el Palacio Federal de Berna y vimos la casa de Albert Einstein situada en una de las calles más importantes de la ciudad.

Por la tarde, nos dirigimos de nuevo con los makutos a la estación para pasar la noche en el tren dirección Toulouse aunque ha tenido que ser sin camas porque nos querían cobrar 222 francos suizos (unos 143 €) por una cama en el tren!, asi que por 10 fr. hemos reservado un par de asientos.

Una vez en Toulouse, con el cuerpo destrozado, hemos visitado un poco la ciudad, puesto que por la tarde teníamos ya reservado el tren para volver a España. Lo primero que hicimos ha sido visitar la catedral, medio románica, medio gótica...muy bonita, pero con un makuto en la espalda, las cosas no se disfrutan igual. Aún así, como eran nuestras últimas horas de viaje, hemos paseado por las calles más entrañables del casco antiguo. Después fuimos a la estación para comer algo y coger el tren hacia Barcelona y de ahí a Madrid.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar...Y pronto os contaremos más.

lunes, 23 de julio de 2007

Núremberg - Estrasburgo

El sábado nos despedimos de los chavales de Valdemorillo y comenzamos nuestro improvisado viaje a Núremberg. Como está a unos cuantos kilómetros de distancia, tardamos casi todo el día en llegar. Una vez allí, buscamos nuestro albergue, cosa no muy fácil ya que desde el principio se nos había indicado mal y parecía un alcázar medieval. El sitio es una pasada, el casco urbano, rodeado por una muralla con grandes torreones, y las casas del interior están todas adornadas con decoración medieval.

Cansadas por el viaje nos fuimos al albergue a dormir.

A la mañana siguiente, tuvimos que coger varios trenes para poder llegar a Estrasburgo, una ciudad que desde el tren no parece nada bonita, pero que realmente sorprende.

Conseguimos un hotel y nos fuimos a dar una vuelta, dándonos la grata sorpresa de coincidir con un espectáculo de luces que se estaba dando en la catedral. Los focos iluminaban las distintas partes de la catedral al ritmo de la música. Terminado el espectáculo, fuimos dando un paseo por las callejuelas de esta ciudad, también se realizaron juegos de luces a las orillas del canal.

Encantadas con la visita de ayer, hoy hemos decidido verlo a la luz del día, y la verdad es que es igual de bonita de día que de noche. Hemos vuelto a la catedral para verla por dentro y nos ha vuelto a dejar con la boca abierta. Es una catedral de inicios románicos que va adoptando elementos hasta llegar al gótico e incluso al clásico.

Tras esta visita, hemos ido al hotel a buscar nuestros makutos y ahora emprendemos el viaje hacia Berna.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar y mañana un poco mas.

miércoles, 18 de julio de 2007

Holanda - Alemania

Tras el último correo, pasamos nuestras últimas horas en Amsterdam, así que nos levantamos prontito para ver todo lo que nos quedaba. Primero fuimos al museo de Van Gogh, pues era el que mas cerca quedaba de nuestro "hotel". Luego intentamos entrar en la casa de Ana Frank, lo que nos fue imposible, pues había una cola de gente que rodeaba la manzana y había que reservar la entrada. Tras este fallido intento, visitamos un teatro-museo muy interesante a pesar de que no entendemos muy bien el holandés. Nos habían hablado de que el museo de cera era realmente impresionante, así que probamos y la verdad es que no se equivocaban.

Tras un pequeño descanso para comer, nos metimos en el museo de historia. Que, por cierto, nos pareció muy indignante que hablaran desde casi el paleolítico hasta nuestros días, saltándose los años en los que los españoles estuvimos en Holanda. Pero eso si, nos metimos en el museo de la tortura donde si que se hablaba de España, pero solo de la retorcida mente de los inquisidores.

Tras estas gratas visitas, nos dedicamos a visitar Amsterdam durante el resto de la tarde.

El día siguiente lo pasamos entero en el tren, de trasbordo en trasbordo para llegar hasta Lübeck, un pueblo cercano a Hamburgo (Alemania). El motivo por el que nos decidimos a venir aquí, fue porque un grupo de chavales de Valdemorillo están pasando aquí una semana con otros chicos de Europa en un Encuentro Juvenil basado en la educación de valores y orientado desde el teatro.

Como ellos hacen talleres por la mañana, la cual es muy corta porque se desayuna a las 8 y se come a las 12 y media, estuvimos descansando un poco y visitando Lübeck, bueno, mas bien buscando un ciber café para mandar el correo, lo que cada vez resulta mas difícil.

Por la tarde estuvimos viendo este lugar, pues es como adentrarse en un pueblo medieval. Aquí las casas también son muy peculiares pues las calles principales te muestran los antiguos caserones, pero que si te fijas también puedes encontrar pequeñas puertas por las que puedes entrar. Se trata de pasadizos que te llevan detrás de esos caserones y te muestran las pequeñas casas donde vivían los sirvientes o, simplemente, los pobres. Además de esto merece la pena visitar sus iglesias y su catedral, un magnifico ejemplo del gótico otoniano. En esta puedes encontrar una de sus campanas rota en pedazos, que se callo debido a un incendio durante la guerra, dejando al descubierto dos tumbas hasta entonces desconocidas. Hoy es un monumento dedicado a todos los caídos en guerras.

El día de hoy ha sido muy interesante, pues gracias a que estamos con este grupo de Valdemorillo, hemos podido visitar uno de los campos de concentración más importante de Hamburgo. Una visita estremecedora, que sin ser muy dura, te deja claro lo que paso aquí. Este tipo de exposiciones, han empezado a hacerse a partir de 2003, pues el pueblo alemán no quería mostrar esta parte de su historia. Viendo la vida de otra manera, nos hemos ido con estos chicos de Valdemorillo y con los lituanos, polacos, rusos y alemanes del Encuentro a visitar Hamburgo. Esta ciudad tiene el segundo puerto mas importante de Europa, este tiene unas plataformas muy peculiares pues puedes pasear por ellas mientras sube o baja la marea. Hemos visitado también su ayuntamiento, muy peculiar por su grandeza.

Tras otro día sin descanso, hemos vuelto al albergue, dándonos la sorpresa de que funcionaba Internet, y mandado este correo.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar...y mañana un poco mas.



Lara&Ana

sábado, 14 de julio de 2007

Holanda

Lo primero, explicar que estos días no hemos podido enviar nada porque apenas había ciber-cafés, y los que había eran muy caros, como este...

Pero intentaremos contaros, de forma ameno todo lo que hemos hecho y visto en este tiempo.

La verdad es que el otro día, en Rótterdam, no es que fuera lo mejor: llegamos a las 15, hacia mal tiempo, nuestro albergue estaba en el fin del mundo, etc., pero nos fuimos a visitar la ciudad. Pudimos comprobar que es muy industrial. A pesar de que estuvimos paseando toda la tarde por la ciudad, no encontramos ninguna plaza o monumento que realmente mereciera la pena, pero, en fin, para gustos los colores. Cuando llego la noche, todo cambio, conocimos a una guiri con la que compartimos habitación y nos fuimos a tomar algo.

Visto lo visto en Rótterdam, a la mañana siguiente salimos a primera hora, dirección Ámsterdam, la llegada fue dura, no encontrábamos albergue, no entendíamos los mapas y los makutos pesaban demasiado. Aun así conseguimos encontrar una especie de hotel (tiene 80 escalones en los que no te caben los pies), y comprar la tarjeta "I amsterdam", con lo que entras gratis en los museos y te hacen descuentos en multitud de sitios.

Visitando la ciudad, nos hemos encontrado con unos tunos de Córdoba con los que nos hemos ido de fiesta. Estuvimos en una plaza en la que había bastante fiesta en la calle.

Ayer ya nos hizo falta buscar una lavandería, pues por mucho jabón Lagarto, la ropa se ensucia. Después empezó cuesta visita a los museos, los paseos en barco y la visita de la ciudad. Fue en este momento, cuando nos dimos cuenta de que las casas están realmente torcidas, incluso apoyadas las unas en las otras. Puesto que todo cierra a las 18 p.m., nos hemos dedicado a pasear por la ciudad, una ciudad que merece la pena visitar, pero hay que ir con cuidado, ¡pues lo mismo te atropella un autobús, un coche, una bici que un tranvía!

Hoy continúa nuestra visita a Amsterdam.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar...y mañana un poco mas


Lara&Ana

martes, 10 de julio de 2007

Colonia

Hoy hemos pasado el día de tren en tren; para empezar, por la mañana hemos cogido el tranvía para ir a la estación y desde allí viajar hasta Colonia, haciendo trasbordo en Arnhem, cosa que, en un principio no sabíamos pero que, con "nuestro dominio del ingles" hemos podido solucionar. Sobre las 17:30 aproximadamente hemos llegado a Colonia, una lastima porque hay mucho que ver pero no nos ha dado tiempo. Además, se ha puesto a llover y hemos tenido que abandonar nuestra improvisada ruta, aun así hemos podido ver la catedral, que aunque no muy limpia, es preciosa y unas pocas iglesias de las muchas que hay en la ciudad.

Y, bueno, entre que no nos ha dado tiempo a mucho y de que es tarde y estamos molestando en nuestra habitación a las otras 3 personas que intentan dormir en ella, hoy no tenemos nada mas que contaros, a ver si mañana nos hace mejor y nos da tiempo a mas.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar...y mañana un poco mas


Lara&Ana

lunes, 9 de julio de 2007

Bélgica

Ayer comenzamos nuestro día en la estación de trenes de Amberes, una estación realmente bonita, tanto por fuera como por dentro. Allí es donde cogimos un tren hacia Bruselas y nos toco buscar el primer albergue de nuestro viaje. Esto puede parecer fácil, pero no lo es, puesto que además de recorrerte calles que no tienes muy claro como se llaman, llevas un makuto de 12 kilos en la espalda, llueve a mares, ... y lo peor de todo, no paras de oler ese delicioso aroma a chocolate que recorre las calles belgas!!

Pese a todo hemos conseguido encontrar y reservar una habitación en el albergue por 55 pavazos (estaba todo ocupado).
Hemos dejado los macutos en la habitación y nos hemos ido a visitar Bruselas entre lluvia y lluvia.

Si alguna vez tenéis la oportunidad de visitar esta antigua ciudad, no olvidéis pasar por la "Grand Place" o " Grote Markt", pues es impresionante. En ella encontrareis, el varias veces reformado ayuntamiento y la llamada "Casa del Duque", los dos edificios mas grandes. Están rodeados por emblemáticas casas que en su día fueron sedes de gremios (Ej.: "El Cisne", gremio de los carniceros).

Fuera de esta plaza podréis disfrutar de las muchas iglesias y catedrales de la ciudad, además de sus frondosos parques. Si prestáis atención podréis ver a Tintín, a lo Pitufos o a Gastón Lagaffe entre las calles de la ciudad. Y por cierto, no olvidéis probar el chocolate que cae de las numerosas fuentes que hay en las chocolaterías.

El día de hoy comienza de nuevo en la estación, donde hemos cogido un tren dirección Gante. Una vez en el corazón de dicha ciudad hemos reservado una habitación en el único albergue que hay. Junto a este se encuentra "El Castillo de lo Condes de Flandes" que te ofrece una interesante visita al mundo medieval, además de una exposición de los instrumentos utilizados para las torturas de la época.

Acto seguido nos hemos ido a comer, que por cierto, en Gante se come muy bien y a muy buen precio. Por la tarde hemos paseado por las entrañables calles de Gante. Es alucinante atravesar sus puentes, visitar su plaza de mercado, contemplar sus iglesias, su catedral, etc. En fin, una ciudad llena de historia, cultura y arte que no puedes dejar de visitar.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar...y mañana un poco mas


Lara&Ana

domingo, 8 de julio de 2007

Amberes

Ayer estuvimos visitando Montmatre, uno de los barrios más bonitos de París. Todo son estrechas calles cuesta arriba, cuesta abajo y un sin fin de escaleras. En lo alto de esta colina es donde se encuentra la catedral del sagrado Corazón (Sacre Coeur). Desde este punto, el más alto de París, podéis apreciar unas impresionantes vistas de la ciudad. Además de unas fantásticas fotos, podréis llevaros de recuerdo una de las muchas caricaturas, dibujos, retratos, etc., que se hacen a los alrededores de la catedral. La subida a la catedral es dura, así que si lo prefieres puedes coger el funicular en la parte baja de la colina y que te suba hasta prácticamente la puerta de la catedral, a partir de ahí ya es todo cuesta abajo.

Tras pasear por el barrio nos fuimos a casa a recoger los macutos y a dejarlo todo listo para hoy.

Hoy nos hemos levantado prontito, puesto que una amiga ha venido a buscarnos en coche para llevarnos hasta Amberes, al Norte de Bélgica. Aquí es donde hemos pasado todo el día visitando el puerto, su catedral, sus plazas típicas,...y probando alguna que otra cerveza típica del lugar, por ejemplo la de cereza (huummm...). De este sitio decir que merece la pena visitar la estación, pues es realmente impresionante, y además que, dependiendo de los barrios, hay que tener mucho cuidado por donde andas.

En fin esto es todo por el momento, ya os iremos contando más.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar...y mañana un poco más.



Lara&Ana

viernes, 6 de julio de 2007

Fin del Viaje

La verdad es que Viena es una ciudad pequeña., muy pequeña, así que el tercer día estuvimos merodeando por la ciudad después de visitar la ópera y el teatro, que nos dejaron fascinadas. Después, anduvimos un poco más hasta llegar al monumento de los caídos, un semicírculo de columnas presidido por una enorme fuente y una estatua, por supuesto muy ornamentada, donde estaban inscritos todos los nombres de los austriacos caídos durante la Segunda Guerra Mundial.

Fue allí donde almorzamos y después, mapa en mano, visitamos la Iglesia católica de la ciudad, que por cierto, daba un poco de miedo por las múltiples fotos de Benedicto XVI que decoraban las paredes. Atemorizadas, nos introducimos en unos jardines que conducían al la plaza donde se encuentran la Biblioteca Nacional, el Parlamento y una casa española de equitación.

Por supuesto, volvimos a nuestra plaza favorita, Stephan platz, donde se encuentra la catedral, y allí quedamos fascinadas con un grupo de hip hop. Para entonces, ya eran las cinco, así que, dimos una pequeña vuelta más, y luego subimos la larga calle comercial hasta llegar a nuestro hotel, donde nos tiramos a ver la mtv mientras hacíamos peleas de almohadas.

A las nueve nos dispusimos ha hacer la cena y salir. Tras vagar un poco perdidas encontramos un local equiparable al Kapital madrileño donde por supuesto entramos. Allí descubrimos que los chicos vieneses no hablan español y que bailan raro, muy raro. Hacen el baile del pato a la vez que mueven los pies incontroladamente como si fuera el baile del san vito, en fin, patético.

Sobre las tres, llegamos a casa, agotadas y nos dispusimos a hacer la maleta embriagadas por los recuerdos y los buenos momentos. Por supuesto, algo nos tenía que pasar, y mientras hacíamos la maleta en sujetador, alguien llamó a nuestra ventana, y resultó ser un hombre borracho que daba miedo, así que, cerramos las ventanas, las persianas y las cortinas muertas de miedo.

Amaneció, ya era 7 de julio, y nuestro viaje llegaba a su fin. El último día ultimamos los regalos y comimos un plato típico vienes, filetes rusos. Sobre las cuatro y media, fuimos al aeropuerto, embarcamos, y aquí estamos.

Sinceramente, este viaje a supuesto un antes y un después, aparte de desmitificar Ámsterdam, visitar un bunquer, escuchar a Mozart y ver a Sissi y descubrir donde se produjo la defenestración de Praga, hemos conocido gente y otras culturas que como mínimo son interesantes y en algunos casos envidiables.

Esta experiencia es inigualable, así que, ánimo a todos esos jóvenes que se lo están pensando.

Estamos encantadas de haberos relatado nuestro viaje, lo mejor que hemos podido.

Feliz verano,

Marta &Beatriz

miércoles, 4 de julio de 2007

Segundo día en Viena

Ayer tuvimos que acostarnos realmente pronto puesto que el estrés del viaje sumado a la "vuelta de reconocimiento" de Viena (que nos llevo casi desde las 15 hasta las 19) nos había dejado exhaustas. Por esto motivo hemos amanecido hoy a las 9 frescas cual lechugas, tras la duchita de rigor y ponernos cómodas hemos salido a la calle para disfrutar de un día soleado.

Para empezar hemos recorrido la principal calle de aquí, que tiene una clara finalidad comercial puesto que no hay más que tiendas, hasta llegar al centro donde se alza la Catedral de San Esteban. Un interior (como no) recargado, con multitud de ornamentos dorados que decoraban en ancho y largo de la catedral. El altar precioso, y el órgano de quitar el hipo. Este ultimo contaba con cientos de tubos, y debajo como sujetándolo se erigía una estatua de su creador sujetando un lápiz y una escuadra. Puesto que nuestra guía indicaba que era INELUDIBLE la visita a las catacumbas pagamos los 5€ y bajamos a visitarlas. Esperando nos encontramos con un joven de Tarragona que se nos acoplo junto con una señora que había dejado a su marido fuera sin saber que ella tardaría cerca de una hora en volver. Las catacumbas, como era de esperar, han sido realmente siniestras con cientos de huesos y calaveras miraras donde miraras. También nos han explicado que aun se entierra allí a los cardenales vieneses cuando fallecen, había además las tumbas de lo non natos y hemos visitado los tarros que albergan las vísceras de numerosos miembros de los Habsburgo. La epidemia de peste negra que asedio Viena en el siglo XVII supuso que las catacumbas no pudieran albergar mas cadáveres, por lo que acabaron siendo arrojados desde las ventanas directamente a las calles.

Después de esta visita nos hemos ido a una terracita a tomarnos una coca-cola con el catalán (que por cierto se llama Manolo) y que nos ha contado su visita al campo de Munchausen y otras peripecias de su viaje. Luego cuando pensábamos continuar nuestro viaje ha decidido que continuaba con nosotras, con la consiguiente mirada entre nosotras de " que jeta".

El día ha transcurrido andando y andando, hemos visitado el palacio de Sissi; el Museum Quartier donde se encuentra el original museo de arte moderno, cuyo edificio más parecido a un bloque de cemento con ventanales constaba de 8 plantas, la más sorprendente la más baja, donde todo el arte que había era de tipo gore (sangre y más sangre), lo que nos ha dejado realmente bisojas (por cierto, la entrada 5€). La Biblioteca Nacional en Joseph Platz, que contaba con una colección de más de 8.000.000 de libros, aunque solo estaban disponibles para visita 200.000, entre ellos una Biblia de Gutenberg. Otro edificio emblemático que hemos visitado (además de iglesias, que en este país parecen crecer como setas, es decir, mires donde mires) ha sido el Parlamento, un edificio de piedra blanca, bastamente inmenso (como todos los edificios de aquí), a continuación se encontraban otra iglesia y el edificio Rathaus, donde se dan lugar numerosos conciertos y proyecciones de películas.

Cerca de las 19.30 y con más de 8h de caminata a las espaldas hemos llegado rendidas al hostal, donde nos encontramos ahora a punto de hacer la cena en nuestro acogedor apartamento con cocina propia. Esta noche iremos a la aventura en busca de algún local que nos cobije.

Mara & Beatriz

martes, 3 de julio de 2007

Último día en Praga y primero en Viena

El último día en Praga amaneció soleado, y a pesar de la aventura de la noche anterior, decidimos levantarnos a probar el desayuno, descubriendo que habíamos hecho un enorme esfuerzo en vano.

Puesto que la ciudad no es demasiado grande, nos dedicamos a pasear por las cuestas en busca de vistas que encontramos al subir las angostas escaleras que suben al palacio. Cautivadas, de nuevo, por las espectaculares fachadas, edificios y callejuelas de esta ciudad decidimos dar un paseo por los jardines reales visitando el palacio de retiro que se encuentra en los mismos. Para entonces, ya era mediodía y decidimos bajar al "old town square", pero no sin antes parar en el económico chino del primer día, que estaba en el corazón de la ciudad judía (parte que se conserva únicamente porque Hitler quería conservarla como museo de "una raza extinguida"). Después, sobre las cuatro, quedamos anonadadas con el maravilloso reloj astronómico que forma parte del ayuntamiento. Aunque data del siglo XV, su mecanismo está perfectamente engrasado y es realmente espectacular ver el reloj en movimiento.


Por supuesto, dormimos la siesta de rigor, y en consonancia con nuestra mala suerte con el tiempo, se puso a diluviar, por lo que el paseo a la casa de Mozart se hizo largo, pero al ver los jardines acabo por merecer la pena. Al llegar al hotel descubrimos nuestra enorme sociabilidad puesto que los extranjeros se acercaban a nosotras para entablar conversaciones acerca de lo maravillosa que es la comida, la fiesta y la siesta en España.

Tras la cena, nos fuimos a dormir sin saber la aventura que nos esperaba. El tren salía las 6, según nuestros horarios, pero Praga es la ciudad gafada. Al llegar esta mañana a la estación de tren (que era donde se suponía que salía el tren según la recepcionista del hostal) nos comunican que debíamos dirigirnos a otra estación. Así que, cargadas, volvimos la metro para llegar a la verdadera estación donde nos esperaba una gorda estúpida que había decidido que no quedaban plazas para nosotras ni en tren de las ocho (puesto que el de las 6 ya lo habíamos perdido) ni en el de las 10, así que pretendía que estuviéramos desde las 7 hasta la una y media no sabemos haciendo que. Mientras esperábamos, la mejor solución que se nos ocurrió a nuestro problema fue montarnos en el tren de incognito y permanecer en la cafetería en el caso de que no hubiera sitios. Por supuesto, pensamos en la posibilidad de que nos echaran y pretendíamos hacer lo mismo en el tren de las 10 y si nos volvían a echar, esperar hasta nuestro tren de la una en dios sabe dónde.


En plena crisis vimos que la señora asquerosa se había ido y que en su lugar había una rubia joven y simpática que se sorprendió cuando la suplicamos que nos dejara montarnos en el tren de las ocho, porque, palabras textuales "the train is nearly empty" (el tren esta casi vacío). Por supuesto, ella se ha convertido en la heroína del viaje y no os podéis ni imaginar la cara de felicidad al ver que no íbamos a quedarnos tiradas en Praga mucho más tiempo.

Por fin nos montamos en el tren, pero con la buena suerte que nos caracteriza nos equivocamos de vagón, así que, hemos viajado en primera hasta que el revisor nos ha echado. Luego hemos podido vivir en primera persona una historia de amor entre dos coreanos mientras dos mexicanas se expurgaban a cara sin ningún reparo. Una vez en Viena, hemos hecho la compra, comido y nos hemos adentrado en esta maravillosa ciudad imperial, donde predominan los palacios, el estilo barroco, los bulevares y por supuesto, las fotos, películas y estatuillas de Sissi.

Por hoy, hemos tenido suficiente aventura, pero mañana, ya con la guía en mano, nos sumergiremos en la historia y la cultura de este país.


Marta & Beatriz.

Viaje a Paris


El día empezaba temprano y, al principio parecía que no acabaría nunca. Todo empieza en el aeropuerto de Barajas, en la T1, donde hay muchas colas muy largas que no sabes exactamente dónde van; así que te colocas en la que no es. Esto nos pasó 3 veces hasta que alguien caritativo, nos ayudó y coló detrás... Una vez en el avión, un enorme gabacho se sentó a nuestro lado.

Llegamos finalmente al aeropuerto Charles De Gaulle, un grandísimo caos que después de un par de llamadas conseguimos controlar un poquito, lo justo para llegar a casa de un amigo que nos ha acogido para pasar los primeros 4 o 5 días de nuestro viaje. Todo parecía controlado hasta que nos dimos cuenta de que nuestro amigo vive en las afueras de París. Hay que coger un minibús y el tren para llegar, que es un lío porque en un mismo andén paran varios trenes distintos destinos. Pese a todo pudimos ver un poco de París entre lluvia y lluvia y conseguimos enterarnos de cómo funcionaba la RER que es como el cercanías español. Visitamos el centro y, cansadas del ajetreado viaje, volvimos a casa de nuestro amigo.

Hoy hemos ido a París en el coche de una amiga. Una vez allí, hemos visitado las catacumbas de París (Les Corrières de Paris). La puerta de entrada no es muy fácil de encontrar pero una vez dentro encuentras una escalera de caracol que parece no terminar. Cuando ésta termina, recorres metros y metros de pasillos y encuentras miles y miles de huesos y calaveras asombrosamente bien colocadas. Éstos fueron trasladados desde el Cementerio de los Inocentes en el siglo XVIII por el excedente que tenían en él.

Tras esta ténebre visita, hemos parado a comer.

Luego hemos visto una misa, realmente emotiva, puesto que se realizaba en Notrê Dame, una catedral impresionantemente bella, se trata de una construcción gótica de 1163 situada en pleno Ile de France con coloridas vidrieras en su interior. Una vez fuera nos hemos dedicado a visitar las calles de París y a comer los típicos crêppes; planeado el día de mañana y nos hemos ido a casa pues mañana hay que madrugar.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar...y mañana un poco más


Lara&Ana

lunes, 2 de julio de 2007

Cuarto día en Praga

Amanecimos mas tarde que pronto, y hasta que conseguimos desperezarnos nos dieron cerca de las 12, así que, decidimos tomarnos un día libre para pasear, vaguear y cotillear un poquito. A la hora de comer, nos paramos en una pizzería escondida en una pequeña plaza praguense y bastante económica. Mientras comía pizza, una italiana se acerco y ni corta ni perezosa metió su dedo en mi pizza preguntándome en italiano si estaba buena. Por supuesto, yo la conteste que no, en un italiano perfecto, puesto que se me ve en la cara que soy del mismo Napoli. Visitamos el museo de artes (por fuera por supuesto) y tomamos un helado por la parte moderna de la ciudad, totalmente industrializada y completamente diferente a la Praga histórica.

El día paso sin más, salimos a cenar y tras contemplar las espectaculares vistas desde el puente Carlos (el primer puente de Praga) comenzó nuestra aventura nocturna.

Al llegar al hotel descubrimos que había un par de bichos en nuestra pared y otros tantos bichos verdes por el suelo, pero, pensando que era normal, no dijimos nada en recepción. Por si eso fuera poco, cuando visitamos el baño, encontramos un gusano (muy cabezón por cierto) saliendo de la taza del váter, así que salimos corriendo del baño para entrar en nuestro cuarto que se había convertido en el punto de encuentro de todos los bichos voladores y no voladores de la ciudad (y eso que la ventana estaba cerrada). Tras el gritito de rigor, no se nos ocurrió nada mejor que contar a los bichos negros, grises y verdes, que se contaban por decenas.

Indignadas, acudimos a la recepcionista, una pobre chica que ni siquiera era de Praga y que solo llevaba trabajando allí dos días, y al entrar en nuestro cuarto para ver si era cierta nuestra historia, nos cambio de habitación sin pensárselo dos veces. La nueva habitación PARECIA estar muy limpia, o al menos más que la anterior, sin embargo al deshacer la maleta comprobamos que no era así gracias a los múltiples bichos estampados en la pared y al bicho negro que apareció de la nada. Por aquel entonces era cerca de la una, y completamente desveladas acudimos a la sala común donde un alemán nos ataco mientras bebía cerveza.

Viendo el panorama, solo se nos ocurrió conectarnos a internet para mandar un mail mientras los borrachos desfilaban por el hotel, bebiendo cerveza y tirándose pedos mientras balbuceaban palabras en castellano (yo españolo pokito, medio poko de español). Mientras, como ya he dicho, estábamos mandando un email con la buena suerte de que en el preciso momento en que lo íbamos a mandar el ordenador se puso a hacer cosas raras hasta que acabo por apagarse. Disgustadas, y muertas de risa por lo inverosímil de la noche, decidimos ir a nuestra nueva habitación a intentar dormir, pero resulta que en la habitación de al lado había una inglesa borracha (rozando el coma) que necesitaba ayuda. Nosotras, como buenas samaritanas que somos, no hicimos otra cosa que ayudarla a recuperarse mientras ella hablaba un castellano casi perfecto, y repita una y otra vez que en su estado (de alcalemia) no podía hablar castellano.

Por fin, cerca de las 4.30 todo se calmo y conseguimos conciliar el sueño. Desgraciadamente, sobre las 5, los amigos de la borracha (llamada Joe) regresaron al hostal en el mismo estado de alcoholemia, asique, hasta cerca de las 6 no hemos logrado pegar ojo.

PD. Hagáis lo que hagáis, no os hospedéis en el Apple hostel.


Marta & Beatriz.

domingo, 1 de julio de 2007

Tercer día en Praga

El tercer día amaneció despejado, con un sol radiante que hacia días que no veíamos. Nos duchamos y a las 10.30 ya estábamos en la calle.

Hoy tocaba andar, pero hoy era el doble de matador, ya que era cuesta arriba. La cuesta se nos hizo eterna, con miles de callejones enrevesados que debíamos visitar y parecía interminable. Nos veíamos obligadas a parar cada pocos metros para beber un poco de agua, puesto que caminar bajo un sol de justicia a más de treinta grados no es lo más gratificante del mundo que digamos.
A mitad de la cuesta se alzaba la iglesia de San Nicoladas, donde solo por entrar nos sacaron casi 7 euros, su interior era típicamente Barroco, con un estilo de lo mas recargado, figuras doradas se hallaban por doquier en cualquier parte. Lo que más nos impresiono de esta iglesia fue su famoso órgano, que contaba con más de 1000 tubos y que fue escenario del último concierto del famoso compositor Amadeus Mozart (quien deleito al público con su famoso Réquiem).

Aunque parezca mentira ya eran casi las 14, por lo que decidimos hacer una parada en un acogedor mesoncito, donde nos vimos obligadas a ponernos como cerdas, ya que el precio nos sugería (por no decir que nos forzaba) a hacerlo. Tras la sobremesa de rigor continuamos el ascenso (como quien habla del K2) hasta dar con un majestuoso palacio, que parecía vigilar la ciudad de posibles enemigos. Al girar la cabeza contemplamos las fabulosas vistas de la ciudad que se presentaban ante nosotras, solo por eso había merecido la pena subir hasta ahí y todo el esfuerzo que ello había implicado.

Una vez dentro del palacio descubrimos que había una pequeña ciudad dentro del mismo, con sus decenas de tiendas típicamente medievales que aun ofrecen juguetes típicamente checos de aquesta época. El palacio contaba con su propia catedral (Catedral de San Vito) que se erigía mágicamente en un lateral de la plaza. En su puerta comenzaba una interminable cola de turistas, que bajo un sol castigador, esperaban su turno para entrar en dicha catedral, no sin antes abonar la cuantiosa suma de 15 euros. Decidimos esperar bajo una pequeña sombra a que la cola de disipara, pero la espera de más de media hora mereció la pena en cuanto pusimos un pie dentro. Sus frescos y alegorías nos dejaron con la boca abierta, mostrándonos tiempos mejores de esta ciudad cuando, tras haber conseguido su independencia, albergo al primer rey de la República Checa. Ya desde el exterior se podían observar sus gigantes vidrieras, que adornaban (entre otras partes) la fachada haciéndola parecer más majestuosa si cabe.
El interior del palacio fue simplemente indescriptible, reflejo del lujo de tiempos donde las fiestas eran un acontecimiento social al que acudía gran parte de la ciudad.

Tras esto bajamos al hostal, donde llegamos en torno a las 17.30 - 18, y tras una breve siesta, fuimos a cenar, a dar un paseo, un poco de marcha y de vuelta al hotel, puesto que estábamos realmente cansadas.


Marta&Beatriz